Los perros y esa irresistible atracción por las ruedas
Los perros sienten tanta atracción por las ruedas que todos los que tuvimos en alguna ocasión un perro sabemos que en cuanto ponen las cuatro patas en la calle, lo primero es localizar una rueda de un coche y dejarle un recuerdo en forma de meadita, pasan un rato olisqueando una y otra vez el mismo sitio en busca del objeto que desprende el olor que les llama tanto la atención.
Pero lo cierto es que los neumáticos salen de la fábrica sin un olor característico, que incite a los perros a regar con tanta alegría las ruedas.
Parece que la explicación es más sencilla, las ruedas al rodar van impregnándose de todos los olores de las carreteras, aceras, caminos. Recorren miles y miles de kilómetros durante su vida y esto supone a la vez miles y miles de territorios en donde un perro puede marcar territorio. Cuantos más olores lleguen a percibir en un lugar, más ganas tienen de marcar su territorio. Para ellos los neumáticos son un autentico paraíso de los olores y en donde poder decir y advertir que ellos también están ahí.
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