Hay personas que al ponerse al volante de un coche experimentan una rara transformación en el carácter
Nadie sabe que mecanismo es el que hace que cuando uno se pone al volante de un coche experimenta una transformación tal, que parece una persona diferente.
Parece que el tipo de automóvil que uno conduce también influye en el comportamiento, se es más propenso a ser agresivo, si el coche es alquilado o pertenece a una empresa. Pero si el coche es nuestro, se suele ser más paciente, quizás por miedo a tener que pagar algún desperfecto.
Los automóviles, parecen ser una extensión de nosotros mismos o de nuestras familias, por lo que del mismo modo que odiamos que invadan nuestro espacio personal, odiamos que otro coches se acerque demasiado o que nos pite. En muchos de esos casos se perciben como si fueran agresiones, haciendo que veamos al otro como un «enemigo en potencia».
Nuestro entorno también influye en la manera de comportarnos al volante, de forma positiva o negativa. Si encontramos un atasco, un accidente, o entramos en una discusión con otro conductor, nuestro carácter va cambiando, pasando casi de inmediato de la calma al nerviosismo y por último, nuestro comportamiento se volverá más agresivo.
Pero no todo es negativo, cuando en el coche van niños, se procura que la actitud y el lenguaje sea mucho más correcto, lo que de algún modo evita que nos enfrentemos con otros conductores a la mínima, facilitando la conducción y haciendo que ésta sea más tranquila y segura.
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