Cada vez más personas eligen vehículos de segunda mano, y no es casualidad:
Ahorro económico inmediato:
El precio de compra es considerablemente menor que el de un vehículo nuevo. Además, evitas el fuerte descenso de valor que sufre un coche en sus primeros años.
Menor depreciación:
Un coche nuevo pierde hasta un 20-30% de su valor en el primer año. Al comprar de segunda mano, esa pérdida ya la ha absorbido el primer propietario.
Mayor oferta y variedad:
Puedes acceder a modelos, gamas o acabados que quizás serían inalcanzables nuevos.
Costes de seguro y mantenimientos más bajos:
En muchos casos, el seguro es más barato y algunos costes de mantenimiento iniciales ya han sido asumidos.
Sostenibilidad:
Dar una segunda vida a un vehículo es una forma de consumir de forma más responsable, reduciendo el impacto ambiental de la fabricación de nuevos coches.
Entrega inmediata:
No hay que esperar meses como ocurre a veces con los modelos nuevos.
Eso sí:
Antes de comprar, revisa siempre el historial del vehículo, realiza una inspección técnica y, si es posible, adquiere con garantía o a través de un profesional de confianza.