Los 10 trucos para el coche que no funcionan
No podía ser de otra forma, el mundo del coche también tiene un montón de trucos «infalibles» que son totalmente inútiles. Lo más llamativo es que a todo el mundo le gusta creer que si funcionan.
- Engañar al radar, barnizar la matrícula con la idea de que el barniz brillante reflejará la luz del flash y volverá al coche invisible.
- El amplificador humano, consiste básicamente en apoyar el mando a distancia de apertura de las puertas en la barbilla y abrir la boca en dirección al coche para, supuestamente, duplicar el alcance del funcionamiento del mando. La idea es que el cráneo actúa como una caja de resonancia y amplifica la señal.
- Recursos de abstemio, la lista para esto es larga, va desde chupar granos de café a comer ajo o lamer pilas, pasando por tragar pasta dentífrica e incluso masticar césped.
- Refrigeración manual, el automóvil tiene un fantástico aire acondicionado con el que basta darle un botoncito y en pocos segundos ya está resulto. Pero los encargados de la refrigeración aseguran que bajar una ventana y abrir y cerrar la puerta del otro lado produce el mismo efecto. Los camioneros llevan décadas haciéndolo y efectivamente se crea una corriente de aire que puede ayudar.
- Punto muerto, bajar una pendiente en punto muerto para ahorrar combustible, pero esa tontería puede acabar en un disgusto.
- Llenar el depósito por la mañana ayuda a ahorrar porque con el calor los gases se expanden de modo que si la temperatura exterior es baja cabe más combustible en el depósito. Eso sería casi inapreciable.
- Hay una extraña insistencia en bajar la presión de los neumáticos con cualquier motivo; en invierno para –supuestamente– ganar superficie de contacto y en verano pensando que el aire en su interior se expanderá y los sobreinflará. Esto solo sirve para alterar la presión de las gomas es para deformarlas y aumentar el desgaste más por la zona de los bordes.
- No lavar los coches nuevos para reforzar la dureza del barniz que cubre la pintura. Hoy en día se puede llevar el coche directamente al túnel de lavado nada más salir del concesionario.
- Acelerar antes de apagar el motor.
- Dejarse las llaves en el interior del coche, para solucionar este problema corrió el bulo –como solución de emergencia para dicho problema– de que apretando una pelota de tenis con un agujero directamente en la cerradura se ejercía suficiente presión en el aire que esta contenía como para que se movieran los engranajes y la puerta se abriera. También era un truco que no funcionaba.
Fuente:motor.elpais.com