El frío afecta negativamente a las baterías de los coches eléctricos reduciendo la autonomía temporalmente
El frío produce un efecto negativo en el desempeño y recarga de las baterías de los coches eléctricos, reduciendo temporalmente la autonomía de estos vehículos.
Esto es debido a las reacciones físicas y químicas que se producen dentro de los acumuladores de energía son más lentas que con temperaturas óptimas.
Pero estos efectos pueden ser peores en condiciones extremas, con temperaturas por debajo de cero, nieve y hielo.
El frío provoca que el fluido electrolítico del interior de las baterías de iones de litio se vuelva más lento. En consecuencia, el proceso que mueve los iones de litio desde el ánodo hasta el cátodo es también más lento, lo que se traduce en una caída del rendimiento y, por tanto, en una pérdida de autonomía.
La Federación Noruega del Automóvil, llevó a cabo un experimento para comprobar el porcentaje de autonomía que perdían los coches eléctricos debido al frío. Se utilizaron 20 vehículos que se cargaron durante la noche bajo techo e iniciando el viaje con un arranque en frío. La prueba se realizó activando el modo Eco y con el climatizador a 21 grados.
Se compararon los resultados con los valores oficiales de cada fabricante y la conclusión del estudio fue que los vehículos habían perdido un 20% de autonomía de media.
Además, el frío extremo también afecta a las recargas de las baterías, ya que los coches eléctricos, tienen un sistema de gestión que impide la recarga rápida si la batería está demasiado fría. Esto puede ser un problema si el vehículo duerme en la calle.
Tesla incluye en sus modelos un sistema para mantener la batería en un rango de temperatura óptimo tanto en invierno como en verano.
Fuente: autobild.es
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