En los últimos años, los coches eléctricos han ganado popularidad como una alternativa más ecológica. Sin embargo, también han saltado a los titulares por incendios espectaculares. Pero… ¿realmente arden más que los coches de combustión? Y si es así, ¿por qué?
La clave está en las baterías
Los coches eléctricos utilizan baterías de ion-litio, similares a las de los móviles, pero mucho más grandes. Estas baterías pueden ser peligrosas si se dañan, sobrecalientan o tienen defectos de fabricación. Lo que puede provocar una reacción en cadena llamada fuga térmica: una celda se calienta, lo que provoca que las demás hagan lo mismo… y boom.
¿Arden más que los coches de gasolina?
En realidad, los incendios en coches eléctricos son menos frecuentes, pero cuando ocurren, son más difíciles de apagar y más intensos. Los bomberos necesitan procedimientos especiales y mucha agua para enfriar las baterías.
¿Qué se está haciendo al respecto?
Los fabricantes están trabajando en baterías más seguras, como las de estado sólido, y sistemas de gestión térmica más avanzados. También se están desarrollando protocolos específicos de emergencia para cuerpos de rescate.
No es que los coches eléctricos sean bombas sobre ruedas, pero sí tienen riesgos distintos que debemos entender para poder gestionarlos.