En otoño e invierno, la humedad propia del campo gallego puede convertirse en un enemigo silencioso para los tractores, especialmente para su sistema eléctrico. Estos son los principales problemas que puede causar:
- Cortocircuitos y fallos eléctricos
La humedad se filtra fácilmente en cables, conectores y centralitas. Esa condensación puede generar cortocircuitos, que interrumpen el paso de corriente o provocan descargas. El resultado son sistemas que fallan de forma intermitente o que dejan de funcionar de repente (luces, arranque, mandos…). - Problemas en la batería
El agua y el aire húmedo favorecen la corrosión en los bornes de la batería, lo que dificulta la transmisión de energía al sistema. Esto hace que el tractor tarde más en arrancar o incluso no arranque en días fríos. Además, la humedad reduce la vida útil de la batería, obligando a sustituirla antes de tiempo. - Luces y señalización
Los faros y pilotos traseros están muy expuestos. Si entra agua en su interior o en los conectores, se reduce la visibilidad, los intermitentes parpadean de forma irregular o dejan de funcionar. Esto compromete tanto la seguridad del conductor como la de otros en carreteras y caminos rurales. - Sensores y electrónica moderna
Los tractores actuales dependen de sistemas electrónicos de precisión: sensores de temperatura, humedad del suelo, GPS, mandos digitales… La humedad puede alterar las lecturas, generar errores en pantalla o incluso dañar los circuitos, provocando averías costosas. - Mantenimiento clave
Para prevenir estos problemas, es fundamental:- Revisar periódicamente las conexiones eléctricas.
- Aplicar grasas o sprays protectores contra la humedad en bornes y cables.
- Guardar el tractor bajo techo o usar fundas protectoras.
- Encenderlo regularmente para evitar acumulación de condensación en el sistema.
La humedad es invisible, pero sus efectos se notan en cada fallo inesperado. Proteger el sistema eléctrico del tractor es asegurar que el trabajo en el campo nunca se detenga.