El nuevo freno automático que será obligatorio en los coches
A partir de 2022 los automóviles deben equipar un limitador de velocidad automático según ha estipulado la UE.
La Unión Europea, insta a que todos los tipos de vehículos que se homologuen nuevos (coches, furgonetas, camiones y autobuses) dispongan, desde el próximo día 6 de julio de 2022, del asistente de velocidad inteligente de forma obligatoria, y a partir del 7 de julio de 2024, todos los coches que se vendan también tendrán que llevar por ley este sistema ISA automático.
El objetivo es la reducción de la mortalidad en las carreteras europeas, un 20% según las estimaciones iniciales.
El sistema ISA busca conectar todos los sistemas para ayudar al conductor a mantenerse dentro del límite de velocidad de la carretera.
Deberá estar preinstalado en el automóvil, por lo que en principio los conductores no tienen que pagar por la tecnología durante los primeros 7 años.
El conductor podrá anular el sistema ISA usando el pedal del acelerador por seguridad, por ejemplo, durante una maniobra de adelantamiento durante la cual cambia el límite de velocidad. El conductor recibe una señal visual y acústica hasta que alcanza o cae de nuevo por debajo de la velocidad máxima permitida. Entonces ISA vuelve a estar activo.
El sistema se podrá apagar y anular por completo, pero cada vez que se reinicie el vehículo, el sistema volverá a estar activo y habrá que anularlo de manera manual.
El sistema se controla reduciendo la potencia del motor, por lo que no frenará repentinamente después de la señal de tráfico. Habrá una advertencia visual y acústica y es posible una resistencia creciente en el pedal del acelerador.
Ya hay varios fabricantes que ofrecen un sistema ISA en sus vehículos: Mercedes, Ford, Opel, Volvo.
Como muchos vehículos nuevos ya cuentan con asistentes de mantenimiento de carril, control de crucero por cámara, reconocimiento de señales de tráfico y asistentes de frenado de emergencia, la automatización del limitador de velocidad supone un aumento de costes de solo entre 47 y 62 euros por vehículo según la Comisión Europea.
El coste total de todos los componentes como cámaras, unidades de control, construcción y desarrollo y costes de las herramientas deberían estar entre 186 y 249 euros por vehículo, según estimación de la autoridad de seguridad vial estadounidense.
Fuente: autopista.es
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