El calor extremo puede tener un impacto significativo en los neumáticos de tu coche, comprometiendo su rendimiento y seguridad. Aquí te explico cómo:
- Aumento de la presión: A medida que la temperatura aumenta, el aire dentro de los neumáticos se expande, elevando la presión interna. Un neumático sobreinflado puede reducir el área de contacto con la carretera, disminuyendo la tracción y aumentando el riesgo de un reventón.
- Desgaste acelerado: Las altas temperaturas pueden ablandar el caucho de los neumáticos, acelerando su desgaste. Esto es especialmente crítico en asfalto caliente, donde la fricción adicional puede desgastar la banda de rodadura más rápidamente.
- Deformación del neumático: El calor puede causar que los materiales del neumático se deformen, afectando su forma y rendimiento. Esta deformación puede resultar en un desgaste irregular y una menor estabilidad en la conducción.
- Mayor riesgo de pinchazos: Con el calor, los neumáticos son más propensos a sufrir pinchazos, especialmente si están en mal estado o si la presión no es la adecuada.
Para mitigar estos efectos, es recomendable revisar la presión de los neumáticos con mayor frecuencia durante los meses calurosos, evitar sobrecargar el vehículo, y asegurarse de que los neumáticos estén en buen estado y con la profundidad de dibujo adecuada.
Mantener un buen mantenimiento de los neumáticos no solo prolongará su vida útil, sino que también garantizará tu seguridad al volante.