Capítulo 6: Un nuevo amanecer
Cuando los primeros rayos de sol iluminaron el horizonte Jaime ya llevaba rato despierto e ilusionado.
Se levantó lleno de energía.
Algo había cambiado en él.
Esa mañana no sintió el peso de la preocupación habitual, sino una emoción que hacía tiempo no experimentaba: entusiasmo.
El sonido de un camión en el camino de entrada lo alertó. Cuando salió al patio y se encontró con el repartidor no pudo contener una sonrisa. El paquete que había estado esperando, los repuestos que había pedido habían llegado antes incluso de lo que esperaba. Revisó cada pieza con cuidado, sintiendo que todo encajaba perfectamente en sus planes.
Con las herramientas listas, Jaime dedicó el día entero a reparar su tractor. El checklist de mantenimiento preventivo que había descargado de la tienda online se convirtió en su guía. Por primera vez, no sólo arreglaba los problemas inmediatos, sino que también se aseguraba de preparar la maquinaria para evitar futuras averías.
Mientras trabajaba, Jaime reflexionaba sobre las palabras del espíritu de las cosechas pasadas. Había recordado tiempos en los que su maquinaria estaba en buen estado, cuando las cosechas eran abundantes y todo parecía más sencillo. Con cada tornillo ajustado y cada pieza colocada, sentía que recuperaba un poco de control y también un pellizco de aquel pasado prometedor.
Al final del día, Jaime introdujo la llave en el contacto y con el mismo porcentaje de miedo y de emoción, la giró y el motor del tractor encendió con un rugido potente y constante lo llenó de orgullo.
“Ahora sí”, murmuró, limpiándose las manos con un paño. “Esto es como debe ser.”
Los días siguientes fueron distintos. Jaime implementó lo aprendido con dedicación. Usaba el checklist regularmente y comenzó a planificar el mantenimiento de todas sus máquinas como una parte esencial de su rutina. Incluso compartió el documento con Pedro, su vecino, quien también había tenido problemas similares.
“Esto no es sólo para mí”, le dijo a Pedro, mostrándole las plantillas.
“No te equivoques Pedro, descárgalas tú también y úsalas porque es para todos los que queremos cuidar lo que tenemos y sacar lo mejor de nuestro trabajo.”
Jaime también empezó a hablar con otros agricultores de la zona, recomendando los servicios y productos de aquella tienda online. “No sólo venden piezas” decía, “te escuchan, te ayudan, y te aseguran que no estás solo.”
Por primera vez en mucho tiempo, Jaime no sentía que el campo le ganaba la batalla. Cada día era una oportunidad para mejorar, y ahora tenía las herramientas y el respaldo necesario para lograrlo.
Un nuevo amanecer no era sólo el comienzo de otro día; era el inicio de una nueva forma de trabajar y vivir.
¿Qué queda por descubrir?
Jaime ha cambiado su forma de ver las cosas, pero las verdaderas transformaciones se ven en los hechos. El viaje aún no ha terminado, y la Navidad tiene un mensaje final para él… ¿Estará listo para recibirlo?
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