Los neumáticos de invierno son esenciales para garantizar la seguridad y el rendimiento óptimo del vehículo en condiciones climáticas adversas, como el frío extremo, la nieve o el hielo. A continuación, te presento las características específicas que los hacen diferentes:
- Compuesto de goma más blando: Los neumáticos de invierno están hechos de una mezcla de caucho que se mantiene flexible a bajas temperaturas (por debajo de 7 °C), lo que mejora su agarre en carreteras frías y resbaladizas.
- Diseño de la banda de rodadura: Estos neumáticos tienen ranuras más profundas y laminillas adicionales, lo que facilita la evacuación del agua, la nieve y el barro, reduciendo el riesgo de aquaplaning y mejorando la tracción.
- Mayor cantidad de laminillas: Las pequeñas ranuras en los bloques de la banda de rodadura, conocidas como laminillas, permiten que el neumático «muerda» el hielo y la nieve, ofreciendo una mayor adherencia.
- Símbolo «3PMSF»: Los neumáticos de invierno llevan el símbolo de una montaña con tres picos y un copo de nieve (3PMSF), lo que certifica que cumplen con los requisitos de rendimiento en condiciones severas de nieve.
- Desempeño en superficies heladas: Su diseño y materiales aseguran que el coche se mantenga estable, incluso en carreteras con hielo, minimizando el riesgo de desplazamiento.
- Reducción de la distancia de frenado: En superficies invernales, la distancia de frenado de los neumáticos de invierno es significativamente menor comparada con los neumáticos convencionales, mejorando la seguridad.
Los neumáticos de invierno son una inversión imprescindible si conduce en zonas donde las temperaturas bajan considerablemente en invierno. Ofrecen una mayor seguridad y control en condiciones difíciles.