En España no se admiten matrículas con nombres propios ni términos malsonantes
En el año 2000 se estrenó el nuevo sistema que combina la inicial (o iniciales) del país con 4 números y 3 letras lo que permite hasta 80 millones de combinaciones. Pero hasta ese momento las matrículas tenían su punto de controversia.
Al nuevo sistema le pusieron algunas limitaciones, la primera era evitar aquellas letras que pudieran llevar a confusión con otras parecidas, por ejemplo, la Ñ, la Q, la CH y la LL.
También se eliminaron del catálogo todas las vocales ya que podían permitir combinaciones de letras que fueran nombres propios, como ANA, ELI, EVA, ZOE, PAU, ISA. Pero podían dar lugar a palabras que hicieran alusión a partes del cuerpo que fueran malsonantes, resultaran escatológicas o incitaran a la discriminación, por ejemplo, PIE, OJO, MEA, FEO, FEA, PIS, ANO, MAL, GAY…
En otros países sí se permiten combinaciones de letras que formen palabras y nombres propios, de hecho, el comercio de matriculas en países como Reino Unido, Estados Unidos o Emiratos Árabes Unidos es un negocio por el que no solo ingresa el estado, sino todo aquel que tiene una placa especial y la pone a subasta, como el caso del multimillonario emiratí Ghaffer Khouri, que en 2008 pagó 8 millones de euros por el derecho a usar una placa de matrícula en la que se lee simplemente «1».
Fuente: elmundo.es
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