Lo que nos cuenta el humo de nuestro coche
Resulta de vital importancia saber interpretar las diferentes señales que nos da nuestro coche si queremos evitar averías más graves. En el caso del color del humo que expulsa podemos interpretar lo que le pasa.
Cuando el humo es blanco, en este caso no es de máxima preocupación si es en pequeñas cantidades. Pero si en el caso de que el coche siga expulsando humo blanco de forma continuada la cosa cambia, ya que seguramente esté quemando líquido refrigerante del motor. También podría tener problemas con la junta de la culata o alguna grieta en el motor (en este caso la reparación es cara). Si además se mezcla líquido refrigerante con aceite los problemas se vuelven muy serios.
Cuando el humo es negro, aunque parece alarmante no lo es tanto, esto suele pasar cuando un coche quema demasiado combustible (especialmente los diésel). Los coches diésel incorporan desde hace años un sistema para reducir los niveles contaminantes.
Además, los vehículos que circulan mucho por ciudad, son más propensos a generar carbonilla ya que al ser un tipo de conducción intermitente provoca que salga humo negro. No estaría de más que cada dos semanas se circulase a 80km/h en una marcha corta unos 10 kilómetros.
Cuando el humo es azul, en este caso es que el motor está quemando demasiado aceite, puede estar motivado por que se están agotando los anillos del pistón o las guías de las válvulas de nuestro motor. Puedes vigilar con regularidad los niveles de aceite y si notas que bajan de forma muy continua, debes pasar por tu taller a solucionar tu problema.
Cuando el humo es gris, en este caso es el peor y puede deberse a varios factores (exceso de quemado de aceite, problemas con el turbocompresor, atasco en el sistema de ventilación positiva del cárter. No suele ser un problema muy costoso.