Coches autónomos
Una idea que parecía más de ciencia ficción cada vez está más cerca de convertirse en una realidad.
Un vehículo autónomo es aquel que es capaz de imitar las capacidades humanas en la conducción, percibiendo el medio que le rodea y actuando en consecuencia. Sólo se tiene que introducir la dirección y el coche es capaz de llevarnos al destino sin problema.
Aunque parece que es cosa de ahora, lo cierto es que se llevan haciendo pruebas desde los años 40, en donde se hacían pruebas de guiado de vehículos embebiendo en el asfalto materiales que podían ser detectados. En los años 80 se investigaba sobre la detección de obstáculos vía radar y llegamos a la actualidad donde hay un complejo conjunto de tecnologías que incluyen el reconocimiento de movimiento por cámaras y los sistemas de detección láser; entre la que más destaca por su posición y lo visible que es, es el lidar que se encuentra en la parte superior del coche y es una especie de » radar de luz» que detecta los objetos y mide la distancia hasta ellos. Gracias a este lidar se construye una imagen tridimensional alrededor del coche con todos los objetos posicionados. Tiene un alcance de 50 metros para el pavimento y de 120 metros para coches y árboles.
Actualmente el mayor referente de este tipo de coches, es el coche de Google que pretende que en 2020 sea habitual ver este tipo de vehículos por la carretera.
Algunos visionarios ya hablan de que habrá carreteras para los que preferimos conducir y carreteras para los que prefieren dejar esa responsabilidad al coche.
Está claro que se está avanzando muchísimo en el tema y que seguramente se consiga que estos tipos de coches sean una realidad, pero aún así no es bueno dar toda la responsabilidad a una máquina y que, a pesar de que sea capaz de llevarnos sin problema nunca deberíamos abstraernos del todo de la conducción.
